Recientemente, el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, generó controversia al afirmar que las turbinas eólicas estaban causando daños a las ballenas, haciendo que estos animales “aparezcan en las playas” o se vuelvan “locos”. Estas declaraciones provocaron reacciones en diferentes sectores, especialmente entre conservacionistas que cuestionan el impacto de los parques eólicos marinos en la fauna marina. Aunque algunos manifestantes han culpado a las turbinas de la muerte de las ballenas, expertos y organizaciones ambientales han puesto en duda esta relación, ofreciendo una explicación más compleja y fundamentada sobre las verdaderas causas de la mortalidad de estos cetáceos.
El aumento de muertes de ballenas en la costa este de EE. UU.
Durante el último año, se ha registrado un incremento en el número de ballenas varadas en la costa noreste de Estados Unidos, particularmente en Nueva York y Nueva Jersey. Según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), desde diciembre de 2022, al menos 83 ballenas han muerto en esta región, siendo las especies de jorobadas y las ballenas francas del Atlántico Norte las más afectadas. Este fenómeno ha sido denominado por las autoridades federales como un «evento de mortalidad inusual», debido a la alta frecuencia de muertes, especialmente en una población tan vulnerable y con pocos ejemplares como la ballena franca del Atlántico Norte, que cuenta con menos de 350 individuos.
Antes de 2016, los eventos de varamiento de ballenas en esta zona eran poco comunes, pero en los últimos años, las cifras de muertes se han disparado. Esta situación ha llevado a algunos grupos ambientalistas y sectores conservadores a cuestionar el impacto de los parques eólicos marinos en la vida de estos animales. Incluso en febrero de este año, una multitudinaria protesta en Nueva Jersey pidió una pausa en los proyectos de energía eólica marina para “salvar a las ballenas”. Sin embargo, los estudios científicos actuales indican que es improbable que las turbinas eólicas sean responsables de este fenómeno.
¿Son las turbinas eólicas culpables de la mortalidad de ballenas?
La idea de que las turbinas eólicas están relacionadas con la muerte de ballenas ha sido promovida por algunos grupos, que señalan que el ruido y las actividades de construcción de estos parques podrían dañar el delicado sistema auditivo de las ballenas. La organización ambientalista Clean Ocean Action, por ejemplo, ha expresado que el ruido generado durante la instalación de turbinas podría afectar negativamente a las ballenas, ya que su oído es crucial para la navegación y comunicación.
A pesar de estos temores, los expertos en vida marina y las agencias gubernamentales sostienen que no hay evidencia concreta que vincule las turbinas eólicas con las muertes de ballenas. La NOAA, en particular, ha declarado que no existen pruebas de que el ruido de los parques eólicos esté relacionado con los recientes episodios de mortalidad de estos animales. En Europa, donde la energía eólica marina lleva desarrollándose por más de tres décadas, tampoco se ha encontrado una correlación entre los parques eólicos y la mortalidad de ballenas, lo que sugiere que los factores de riesgo para estos cetáceos pueden estar relacionados con otras causas.
Los científicos que investigan las muertes de ballenas en la costa este de EE. UU. han identificado que una gran parte de estas muertes están vinculadas a colisiones con embarcaciones y enredos con redes de pesca. En los últimos cuatro años, del total de ballenas jorobadas muertas, aproximadamente el 40% mostró signos de haber sido impactadas por barcos o de haber quedado atrapadas en equipo de pesca. Esto sugiere que la relación entre las turbinas eólicas y la mortalidad de ballenas podría estar siendo exagerada, posiblemente como parte de una estrategia de desinformación en contra de la energía eólica marina.
Las verdaderas amenazas para las ballenas y la respuesta de la industria eólica
Más allá de las turbinas eólicas, existen amenazas reales y documentadas que ponen en peligro la vida de las ballenas en los océanos. Entre los riesgos principales se encuentran las colisiones con grandes embarcaciones, el enredo en artes de pesca y la contaminación acústica bajo el agua. Las ballenas, especialmente las de gran tamaño, juegan un papel crucial en el ecosistema marino al ayudar en la captura de carbono y en la regulación de los ecosistemas oceánicos, por lo que su protección es fundamental. En este contexto, algunos defensores de la conservación ven la lucha contra el cambio climático como un aliado en la preservación de las ballenas, ya que la dependencia de combustibles fósiles incrementa las temperaturas oceánicas, afectando la distribución de los alimentos de las ballenas y aumentando su vulnerabilidad.
La industria de la energía eólica, consciente de las preocupaciones ambientales, ha implementado medidas para reducir el impacto de sus actividades en la fauna marina. Las empresas desarrolladoras de parques eólicos han adoptado protocolos estrictos para evitar daños a las ballenas, como detener la construcción durante las temporadas de migración, utilizar «cortinas de burbujas» para disminuir el ruido bajo el agua y monitorear la presencia de mamíferos marinos en las áreas de trabajo. Además, estas empresas han limitado la instalación de turbinas en meses en los que la presencia de ballenas es menos probable, lo que demuestra un compromiso con la protección del medio ambiente y la vida marina.
Conclusión
A pesar de la controversia y las afirmaciones de figuras públicas, la ciencia no respalda la idea de que las turbinas eólicas sean responsables de la muerte de ballenas. La evidencia sugiere que las principales amenazas para estos mamíferos provienen de actividades humanas no relacionadas con la energía eólica, como el tráfico marítimo y las redes de pesca. Mientras tanto, la energía eólica representa una alternativa limpia y sostenible que, con las regulaciones adecuadas, puede coexistir con la vida marina y contribuir a la lucha contra el cambio climático.