El cambio climático está poniendo en riesgo no solo la producción de alimentos básicos a nivel global, sino también aquellos productos que representan una parte esencial de la identidad cultural y gastronómica de muchas naciones. Las olas de calor, sequías, incendios y tormentas afectan los cultivos tradicionales y también amenazan con eliminar algunos alimentos emblemáticos de países en todo el mundo. Productos como el queso Gouda de los Países Bajos, la mostaza de Dijon en Francia, el aceite de oliva español y el gravlax noruego podrían desaparecer o transformarse drásticamente debido a estas alteraciones climáticas. A continuación, se analizan algunos de estos alimentos y las razones detrás de su posible extinción.
El Fin del Queso Gouda en los Países Bajos
El queso Gouda es uno de los productos más famosos de los Países Bajos, con una industria de exportación que genera ingresos de aproximadamente 1,600 millones de euros anuales. Sin embargo, el cambio climático pone en peligro tanto la producción como la identidad de este queso, nombrado así por la ciudad de Gouda. Los Países Bajos, siendo un país bajo en altitud y con muchas áreas cercanas o por debajo del nivel del mar, son extremadamente vulnerables a las inundaciones. Con el incremento en el nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos, se estima que en un siglo gran parte de las tierras que hoy producen leche para este queso tradicional podrían estar sumergidas o ser inadecuadas para la ganadería.
El profesor Jan Rotmans, de la Universidad Erasmus de Róterdam, advierte que si las áreas productoras de Gouda quedan bajo el agua, las vacas desaparecerán de la región y la producción tendrá que desplazarse a otras partes del país, donde el queso ya no podrá ser auténticamente “Gouda”. En ese escenario, la producción de este icónico queso podría reducirse drásticamente, afectando no solo a la economía local, sino también a la rica tradición quesera de los Países Bajos.
Mostaza de Dijon en Francia y la Escasez de Alimentos Tradicionales
En Francia, la mostaza de Dijon es un acompañante esencial para muchas de sus comidas tradicionales, pero el suministro de esta icónica salsa ha disminuido notablemente en los últimos años. La escasez comenzó en 2022, cuando una sequía severa en Canadá, que produce el 80% de las semillas de mostaza del mundo, afectó gravemente la cosecha. Aunque la receta de la mostaza de Dijon es originaria de la región de Borgoña, la dependencia de las importaciones de semillas significa que las variaciones en el clima en Canadá impactan directamente en el suministro en Francia.
El cambio climático está generando temporadas de cultivo inestables, con inviernos inusualmente húmedos en Francia que también han perjudicado la cosecha local de mostaza. A pesar de que los franceses se enfrentaron a un límite de compra de un frasco por persona, el futuro de la producción de mostaza es incierto. La inestabilidad climática augura nuevas escaseces y podría llevar a que esta popular salsa, esencial en la cocina francesa, se vuelva aún más escasa y costosa en el futuro.
España y el Aceite de Oliva, Pilar de la Cocina Mediterránea
España es el principal productor de aceite de oliva en el mundo, y su gastronomía se basa en gran medida en este ingrediente. Sin embargo, el cambio climático está poniendo en peligro la producción de aceite de oliva en el país, con implicaciones significativas para la economía y la identidad culinaria de España. En los últimos años, las temperaturas de primavera han superado los niveles normales, mientras que la lluvia ha sido cada vez más escasa. Las sequías prolongadas en 2022 y 2023 resultaron en una caída del 50% en la producción de aceite de oliva en algunas regiones.
Además, las inundaciones que han azotado España recientemente generan incertidumbre sobre el rendimiento de las próximas cosechas, afectando platillos tradicionales como el “allioli” y el “gambas al ajillo”. El aceite de oliva no solo es un ingrediente básico en la dieta mediterránea, sino que también es un producto culturalmente significativo que forma parte del estilo de vida y la identidad española. Sin embargo, la combinación de temperaturas extremas, escasez de agua e inestabilidad climática amenaza con reducir la producción y aumentar los costos, poniendo en riesgo su disponibilidad.
Conclusión: Un Futuro Incierto para los Alimentos Tradicionales
El cambio climático está reconfigurando el panorama alimentario global. Mientras algunos productos básicos pueden sobrevivir adaptándose a nuevas condiciones, otros, como el queso Gouda, la mostaza de Dijon y el aceite de oliva, enfrentan un futuro incierto. Estos alimentos no solo representan importantes recursos económicos para sus respectivos países, sino que también son pilares de su identidad cultural y gastronómica. La amenaza de perder estos productos resalta la urgencia de enfrentar el cambio climático y de desarrollar prácticas sostenibles para proteger no solo la biodiversidad, sino también la riqueza cultural y culinaria de nuestras sociedades.