Cambio Climático

Las preocupaciones sobre el futuro de la política climática de Estados Unidos bajo Donald Trump

Compartir
Compartir

Con solo dos semanas para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la atención está centrada en el futuro de las políticas climáticas implementadas por Joe Biden. El actual presidente, que ha priorizado la energía limpia desde su llegada al poder en 2020, teme que gran parte de sus avances sean revertidos si Donald Trump, su oponente republicano, regresa a la Casa Blanca. Biden ha destinado miles de millones de dólares a proyectos de energía limpia y ha aprobado importantes iniciativas como parques eólicos marinos, todo con el objetivo de dejar un legado que garantice la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país, que es el segundo mayor emisor de contaminantes a nivel global, solo superado por China.

Sin embargo, la posible victoria de Trump en las elecciones plantea un escenario de incertidumbre para los esfuerzos climáticos de Estados Unidos. Trump ha manifestado abiertamente su escepticismo sobre el cambio climático y ha prometido rescindir los fondos no utilizados de la ley climática y sanitaria que impulsó Biden. Además, ha dejado claro que detendría el desarrollo de proyectos de energía eólica marina, una pieza clave en la estrategia de Biden para reducir las emisiones del país.

La estrategia climática de Biden: energía limpia y empleos verdes

Desde el inicio de su mandato, Biden ha dejado en claro que una de sus prioridades es el avance hacia una economía verde. Bajo su administración, el Departamento de Energía, encabezado por Jennifer Granholm, ha trabajado incansablemente para asegurar que los incentivos para la energía limpia beneficien tanto al medio ambiente como a la economía estadounidense. Gran parte de las inversiones se han dirigido a áreas que han experimentado salarios por debajo del promedio y bajas tasas de graduación universitaria, con el objetivo de ofrecer oportunidades económicas a regiones que se han sentido olvidadas.

Granholm subraya que estos proyectos están creando empleos en sectores futuros como las energías limpias, donde muchos jóvenes están ansiosos por participar. «¿Por qué quitaríamos eso?», se pregunta, refiriéndose a los empleos verdes que se están generando gracias a los incentivos de Biden. De cara a las elecciones, el equipo de Biden está acelerando la aprobación de contratos y financiamiento para proyectos que garanticen que estos avances no puedan revertirse fácilmente.

En el verano de 2023, Biden anunció un importante financiamiento de 20 mil millones de dólares provenientes de un “banco verde” federal, destinado a proyectos de energía limpia como bombas de calor residenciales y estaciones de carga de vehículos eléctricos. En septiembre, se aprobó el décimo gran parque eólico marino del país, en Maryland, alcanzando la mitad del objetivo de Biden de instalar 30 gigavatios de energía eólica marina para 2030. Además, en octubre, se anunciaron múltiples inversiones de mil millones de dólares o más, incluyendo más de 3 mil millones para proyectos de fabricación de baterías y un préstamo de 1.5 mil millones para reactivar una planta nuclear en Michigan.

La batalla entre Trump y Harris por el futuro climático de Estados Unidos

Si bien Biden ha acelerado sus esfuerzos para consolidar su legado ambiental, el resultado de las elecciones será crucial para el futuro de sus políticas climáticas. Si la actual vicepresidenta Kamala Harris, la candidata demócrata, resulta electa, se espera que continúe con una agenda similar a la de Biden, centrada en la reducción de emisiones, la expansión de las energías renovables y la creación de empleos en el sector de energía limpia.

No obstante, la posibilidad de que Trump regrese al poder ha generado preocupación tanto en Estados Unidos como a nivel internacional. Según un análisis de la consultora Baringa, un segundo mandato de Trump podría retrasar significativamente la transición hacia las energías limpias y mantener a Estados Unidos dependiente del carbón y el gas por más tiempo del necesario. Aunque la magnitud de este retroceso dependería de si el Congreso está controlado por los demócratas o no, existe el riesgo de que Trump logre desmantelar por completo la legislación climática de Biden, lo que cambiaría radicalmente el rumbo del país en cuanto a la transición energética.

Biden ha trabajado para que Estados Unidos cumpla con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, que buscan reducir las emisiones en un 40% para 2030. Sin embargo, estos avances no están garantizados si Trump gana las elecciones, ya que podría revertir muchos de los logros alcanzados y dejar al país en una posición menos competitiva en la lucha contra el cambio climático.

El futuro de las políticas climáticas de Estados Unidos depende en gran medida de los resultados de las elecciones de noviembre. Mientras Biden y su equipo se apresuran para consolidar sus logros, la comunidad internacional y los votantes observan de cerca, conscientes de que la dirección que tome el país en los próximos años será crucial no solo para la nación, sino también para el futuro del planeta.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *