Medio Ambiente

La llegada de La Niña a Europa: ¿Qué significa para el clima este invierno?

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El fenómeno climático de La Niña, que podría estar a punto de impactar a Europa, ha despertado expectativas y preocupaciones sobre cómo podría afectar el clima durante los próximos meses de invierno. Después de un verano inestable marcado por los efectos de El Niño, ahora las predicciones apuntan a un posible cambio drástico con la llegada de La Niña. Según el Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), existe un 60% de probabilidad de que La Niña se desarrolle este otoño y se extienda hasta marzo.

Este fenómeno, parte de un ciclo climático natural, se caracteriza por una serie de alteraciones significativas en el clima global, aunque los efectos en Europa pueden ser más difíciles de prever debido a su lejanía del epicentro de estas variaciones climáticas en el Océano Pacífico.

¿Qué es La Niña y por qué es importante?

La Niña es la fase fría del fenómeno conocido como Oscilación del Sur de El Niño (ENSO, por sus siglas en inglés), y se presenta cuando las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico central y oriental descienden por debajo de la media. Esto contrasta con El Niño, que provoca un calentamiento de esas mismas aguas. Durante La Niña, los vientos alisios se intensifican y las corrientes frías del océano ascienden a la superficie, generando un enfriamiento generalizado en esa región.

Este enfriamiento afecta la posición de la corriente en chorro, una banda de aire que se mueve rápidamente desde el oeste hacia el este alrededor del globo, influyendo en las trayectorias de las tormentas y en los patrones de precipitación. Esto puede provocar eventos climáticos extremos en diversas partes del mundo, desde fuertes lluvias hasta sequías, dependiendo de la región.

Aunque La Niña es un fenómeno recurrente y puede durar más tiempo que El Niño, lo que realmente preocupa es su capacidad para intensificar los eventos meteorológicos globales. Entre 2020 y 2023, el mundo experimentó un inusual «triple dip» de La Niña, es decir, tres eventos consecutivos de La Niña, algo que no se veía desde la década de 1970.

¿Qué efectos podría tener La Niña en el invierno europeo?

Los meteorólogos han sugerido que la llegada de La Niña podría traer temperaturas más frías de lo habitual a Europa occidental durante los próximos meses, especialmente entre noviembre y diciembre. Los expertos predicen que este invierno estará marcado por un evento de La Niña de intensidad débil a moderada, lo que podría traducirse en un aumento de las precipitaciones y nevadas en ciertas zonas del continente, mientras que otras regiones podrían experimentar sequías.

Particularmente en los Alpes, La Niña tiende a generar más nieve y condiciones más frías, lo que podría ser bien recibido por las estaciones de esquí que han enfrentado temporadas inusualmente cálidas y falta de nieve en los últimos años. Si bien esto beneficiaría a la industria del turismo invernal en esas áreas, otros países de Europa, como los del noroeste y sureste, podrían ver un invierno más seco.

En cuanto a las temperaturas, se espera que Francia, el Reino Unido y Escandinavia sean las regiones más frías de Europa, con pronósticos de que las temperaturas invernales sean más bajas que el año pasado. Sin embargo, algunos meteorólogos creen que, a pesar de los efectos de La Niña, el invierno podría ser más cálido que el promedio a largo plazo, debido a las influencias locales y a las alteraciones provocadas por el cambio climático.

La relación entre La Niña, El Niño y el cambio climático

La conexión entre La Niña, El Niño y el cambio climático ha sido un tema de estudio y debate entre los científicos. Aunque todavía no está completamente claro cómo el cambio climático está afectando estos ciclos climáticos naturales, sí se ha observado que los eventos extremos como tormentas, lluvias intensas y sequías han aumentado en frecuencia e intensidad en las últimas décadas.

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha señalado que el aumento de los gases de efecto invernadero, consecuencia de la quema continua de combustibles fósiles, ha exacerbado estos fenómenos climáticos, haciendo que las lluvias sean más variables y los patrones climáticos más impredecibles.

Algunos científicos, como Paul Roundy, han señalado que los modelos climáticos actuales todavía tienen dificultades para diferenciar entre las fluctuaciones naturales de los ciclos de El Niño y La Niña, y los efectos del calentamiento global en los océanos y la atmósfera. Según Roundy, es posible que en unas pocas décadas se observe un cambio en la prevalencia de estos eventos, debido al continuo impacto del cambio climático en el sistema climático global.

En resumen, la posible llegada de La Niña este invierno podría traer consigo un clima invernal más frío y húmedo en ciertas partes de Europa, mientras que otras podrían experimentar sequías. Aunque la magnitud exacta de sus efectos es difícil de prever, el contexto de un planeta que enfrenta un calentamiento global hace que los eventos de La Niña y El Niño sean más impredecibles y, en muchos casos, más extremos.

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